Mucho ha dado de que hablar la visita de Nancy Pelosi a Taipéi, para entenderlo debemos tomar en cuenta como se han desarrollado las relaciones de Taiwán en el ámbito bilateral y multilateral.

En 2020, el Congreso americano aprobó la llamada “Acta TAIPEI”, recalcando la importancia de Taiwán como socio estratégico, no solo en aspectos comerciales y económicos, sino también procurando la inclusión del Taiwán en organizaciones internacionales, lo cual es hoy en día más importante que en ningún otro momento desde mediados del siglo XX. El gobierno de  la presidente Tsai Ing-wen tomó como ejemplo la emergencia global ocasionada por la pandemia del COVID-19 para abogar por la inclusión de la nación en organismos de cooperación internacional, específicamente, pero no limitado a la Organización Mundial de la Salud, destacando la importancia del trabajo conjunto y la interdependencia para combatir más eficazmente los estragos causados por el Coronavirus. El Acta TAIPEI es vista como una continuación del “Acta de Relaciones con Taiwán”, promulgada por el congreso de EEUU en 1979, como  una forma alterna de promover el intercambio entre ambas naciones, luego de que el gobierno de Jimmy Carter continuara la política de acercamiento a la República Popular China comenzada durante la administración de Richard Nixon, y se reconociera al gobierno Maoísta como legitimo representante de China; se optó entonces por encausar las relaciones con Taiwán a través de oficinas de representación “comercial” pero de facto diplomáticas, incluyendo servicios consulares. En materia económica, Estados Unidos continua siendo uno de los principales socios de Taiwán, pero más importante aún, el Congreso se compromete a continuar ofreciendo apoyo en materia de seguridad y defensa, implementando una política tildada como “ambigüedad estratégica” que tiene como fin consolidar la seguridad de Taiwán sin provocar al gobierno de China continental, es debido al liderazgo asumido por el congreso americano en este tema, que el intercambio político entre Taiwán y EEUU se desarrolla en primera línea a través de delegaciones parlamentarias.

Este cambio de paradigma en la diplomacia americana va de la mano con los cambios que se suscitaron dentro de la ONU a principios de los años 1970s. Al finalizar la guerra civil China en 1949, los principales líderes de la República de China resultan derrotados y se exilian en la isla de Formosa (Taiwán) donde permanecen y se autodenominan “El gobierno legítimo de toda China”,  la Republica de China mantiene entonces la representación de China en todos los órganos de las Naciones Unidas.

Las potencias occidentales permitieron a Taiwán seguir ostentando este rol dentro de la organización durante 25 años, a pesar de que el gobierno Maoísta se afianzó en China continental, pero en 1971 la Asamblea General de la ONU promulga la Resolución 2758, mediante la cual se reconoce a la RPC como gobierno legítimo de China, lo cual no solo va en detrimento de la posición de Taiwán en el Consejo de Seguridad, la Republica de China (Taiwán) fue excluida por completo de la Organización de Naciones Unidas, incluyendo todos sus órganos afiliados.

¿Debería Taiwán regresar a la ONU? La diplomacia estadounidense hacia Taiwán, ¿es considerada formal o informal? ¿Puede Taiwán actuar de alguna manera en el contexto de la ONU?

 

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